I
Beep. Beep. Beep. Andrés abre los ojos y saca la mano de debajo de la sábana y apaga el despertador. Era la primera vez en mucho tiempo que usaba un despertador en un sábado, pero tenía que asegurarse de levantarse temprano para su cita con Bianca. Bianca era la vecina que se había mudado dos meses atrás a una casa cerca de la de él. Ella estaba recién divorciada, y en algunas ocasiones se habían encontrado casualmente mientras joddeaban por la urbanización. En las últimas dos veces el encuentro no fue tan casual ya que Andrés había salido a correr sabiendo el horario de la rutina de ejercicios de ella. En la última ocasión, él se atrevió a invitarla a desayunar en “Punto y Coma”, la nueva cafetería que había comenzado a operar recientemente cerca de sus casas, y que aunque ninguno de ellos la había visitado, todo el vecindario hablaba maravillas del café y las tostadas del lugar. En una de las ocasiones que habían joggeado frente al lugar, Bianca había comentado que el aroma del café que salía del lugar podría resucitar a un muerto.
Le quedaba media hora para darse un baño, vestirse y llegar a casa de Bianca para recogerla. Corre hacia el baño, pero antes de llegar a la bañera se detiene a orinar en el inodoro.. Entra a la bañera, y una vez abre las plumas, y ya está completamente mojado, mira la jabonera, y se da cuenta que lo que queda en ella no es suficiente.