Mi queja que condujo al diagnóstico de Retinitis Pigmentosa era que yo no veía en sitios oscuros.En la primera visita al doctor en Miami el me indicó que debido a que mis bastones en la retina estaban dejando de funcionar, además de la perdida de visión nocturna, también perdería visión periferal. Esta es la visión que nos permite identificar las cosas que se encuentran a nuestro lado, así como las que están más arriba, o mas abajo de lo que estamos enfocando con nuestra visión central. Como consecuencia, tendría que tener cuidado al caminar, ya que me tropezaría con cosas bajitas, así como también tendría problemas para localizar cosas pequeñas, tales como monedas, que se me cayeran al suelo.
Más que una advertencia, esto se convirtió en una condena. Desde el día siguiente que me lo dijo, me comenzó a suceder. Me empecé a tropezar con todo. Si se me caía una peseta, me daban ganas de arrojar también algunos billetes para que valiese la pena el pasar las manos por todo el piso en busca del dinero perdido que no podía localizar con los ojos. Era como si ese doctor me hubiese echado un hechizo.
Lo increíble fue que … Leer más...