Aunque soy ciego, yo leo libros y veo televisión. El leer un libro es algo más allá que recorrer la vista por encima de unas letras en una página de papel, o en una pantalla digital. Es un proceso de interpretar esas manchas que conocemos como letras, y procesar en la mente el mensaje que ellas representan. En mi caso, en lugar de ver las letras, las escucho.
Afortunadamente estamos en una época en la que se escribe más en un teclado, que en un papel. Mensajes o textos que se encuentran en un formato digital son fácilmente convertidos en un formato de audio en mi computadora, o incluso en mi teléfono móvil. Si en lugar de que recibiera mensajes electrónicos, recibiera cartas en un sobre, la vida sería un poco más complicada. Incluso las facturas que se reciben mensualmente, ya se pueden recibir por medio electrónico, lo que me permite seguir estar a cargo de las cuentas que recibo en mi hogar. Además de las cuentas electrónicas, también es posible acceder a las cuentas mediante el sistema telefónico, e incluso hacer pagos en estos sistemas, por lo que me ahorro el trabajo de escribir cheques.
Aunque muchas personas prefieren los libros de papel sobre sus versiones digitales, la realidad es que ya hay una gran cantidad de libros que se consiguen en formato digital, y cada día este número es mayor. Incluso los periódicos de papel ya están muriendo, y son cada vez más populares sus versiones digitales. Diariamente leo los periódicos principales de Puerto Rico desde mi teléfono móvil.
También los libros y revistas pueden ser conseguidos en versiones de audio que fueron grabadas por humanos, por lo que tienen voces de una calidad superior a la de las voces digitales.
No hay razón para que una persona deje de leer por falta de vista. Tampoco hay razón para decir que esto no es leer. Cuando me siento a leer un libro en audio, es interesante como el cerebro procesa ese sonido, y en ocasiones, incluso me creo que estoy viendo la escena. Es como si viera sombras que toman forma y le dan vida a la acción. La mente crea la sensación de estar viendo una película, y en ocasiones me asombro al percatarme que sólo es un audio sin imagen
Los libros son muy efectivos en crear estas imágenes, ya que si están bien escritos, te presentan una descripción de detalles, que posiblemente una persona no se percata si viera la película.
Cuando veo televisión también las voces me permiten crear imágenes de las personas que están actuando, o del escenario en el que se encuentran. Creo que la mejor forma de explicarlo es pedirles que recuerden las ocasiones en las que por mucho tiempo han escuchado a un locutor de radio que nunca han visto, y cuando lo vieron finalmente, lo primero que pensaste fue:
–Wow, no se parece…
En conclusión, no tengo problema en usar los verbos ver y leer como acciones que realizo, y tampoco te debes sentir incómodo en preguntarme si vi o leí algo. En ocasiones siento la incomodidad que crece en una persona luego que se percata que me preguntó si vi algo o a alguien. No hay que sentirse incómodo, ya que no es una ofensa o un insulto. El ver no se realiza sólo con los ojos