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El extorsionado no es culpable

En estos días el tema principal en los medios es el caso que se lleva en el Tribunal Federal contra Sixto George por una alegada extorsión que alegó Anthony Maceira. Son muchas las interpretaciones que se han querido dar a este asunto ya que tiene matices políticos que causan polarización en el pueblo puertorriqueño. No voy a entrar en los detalles de lo que ha ocurrido en corte, ya que ha sido tema de plena discusión en todos los medios de nuestra isla. Sin embargo, para poder ver el tema sin apasionamientos, me parece que es justo que veamos unos escenarios no politizados y que, desafortunadamente, todos conocemos a alguien que lo ha vivido.

Hemos escuchado casos que presentan los siguientes hechos: Una Persona recibe una llamada de un Desconocido que alega tiene secuestrado a un Pariente de la Persona, y que pide el pago de un rescate para liberar al Pariente sin hacerle daño. Noten que usé mayúsculas en las palabras Persona, Desconocido, y Pariente, ya que, para el resto de la discusión, usaré esas palabras como si fueran los nombres propios de los involucrados en este asunto. Este escenario es muy común en Puerto Rico y, afortunadamente, casi nunca es cierto, aunque en algunas ocasiones sí ha sido un secuestro real.

No creo que nadie tenga duda en este momento de que Desconocido está tratando de extorsionar a Persona. El hecho de que el secuestro sea real o no, no le resta validez a que hubo un intento de extorsión. Aunque el secuestro no sea cierto, Desconocido le informa a Persona que sí hay el secuestro y que habrá consecuencias negativas, si no se paga el rescate. El que alguien quiera hacernos pensar que si el secuestro realmente no ocurrió, entonces no hay extorsión, no es un argumento válido.

Frecuentemente escuchamos de los casos de personas que piden rescate por una persona y que, en la realidad, no ha ocurrido el secuestro. Según se ha informado, estas llamadas típicamente se generan desde cárceles, donde la persona que llama no tiene acceso a la persona llamada o a sus familiares. Aunque es casi imposible determinar quién fue la persona que hizo la llamada, si se logra demostrar quien fue, todos estamos de acuerdo en que debe ser enjuiciada por ese intento de extorsión, aunque no por secuestro, si este no ocurrió.

Compliquemos un poco más el escenario.

Digamos que Persona le da credibilidad al reclamo de Desconocido y accede a entregar el dinero para que liberen a Pariente sano y salvo. En este caso todos también estamos de acuerdo que, si se puede demostrar que el acusado fue realmente la persona que hizo la llamada, pues debe pagar por el delito de acuerdo con lo que diga la ley. El que Persona accediera a hacer el pago, sin embargo, no hace que Persona sea cómplice y que deba enfrentar juicio. Tanto en el caso en que Persona pague el rescate, como en el caso en que decida no pagarlo, él es simplemente la víctima y nunca es un cómplice.

El último escenario a analizar es el que ocurre cuando Desconocido llama a Persona y lo amenaza, pero desconocido no le da credibilidad a la llamada, ya que sabe que son llamadas de timadores, y cuelga la llamada. En este caso también se puede afirmar que hubo un intento de extorsión y se debe enjuiciar a Desconocido, si se logra demostrar su identidad.

En todos los escenarios descritos, Desconocido es quien comete el crimen y Persona es sólo la víctima, nunca es un cómplice. Si no te gusta el escenario de la llamada para pedir dinero por un alegado secuestro, puedes usar el ejemplo anterior pensando en los casos de las personas que extorsionan a mujeres, para no publicar fotos que se tomaron en forma privada y sin el deseo de que algún día fueran publicadas en las redes. Son muchos los tipos de extorsión, pero la víctima nunca puede ser catalogada como que actuó de forma criminal.

Ya vistos estos ejemplos genéricos sin pasiones políticas, ahora veamos el caso de Sixto George.

Alega Anthony Maceira, quien laboraba en Fortaleza como Secretario de Asuntos Públicos del gobernador Rosselló, que Sixto George lo contactó y le indicó que Rauli Maldonado tenía copias de un chat que seguro iban a afectar de forma negativa a la administración Rosselló. Alega Maceira que Sixto George le pidió $300,000 para entregar parte a Rauli Maldonado, para que desistiera de publicar el chat. En este caso hay un intento de extorsión de parte de Sixto George a Anthony Maceira y que, de no acceder Maceira al pago, se publicaría el susodicho chat.

En este caso sólo importa lo que intentó hacer Sixto George a Anthony Maceira. Aunque se menciona a Rauli Maldonado y a Ricardo Rosselló, la realidad es que ambos son personajes externos a la trama del delito.

Mi opinión es que Sixto George sí sabía de la existencia del chat, por las razones que fuera, aunque lo más factible es porque, posiblemente, Rauli estaba haciendo acercamientos a personas con poder en los medios para poder sacar el chat a la luz pública de la manera más escandalosa posible. También creo que Rauli tenía la intención de derrumbar a la administración como venganza al despido de su padre, quien tenía varios puestos de mucho poder en la administración, y no creo que hubiese guardado el chat a cambio de dinero. Él quería ver correr la sangre y nada lo detendría.

Bajo esas premisas de mi opinión, podía ser que hubiese la intención de Sixto de pagarle a Rauli, pero que, a pesar del pago, finalmente publicaría el chat, ya que nadie podría reclamar que no cumplió con su parte en este esquema criminal, o podría ser que Sixto George simplemente vio una oportunidad de conseguir un dinero fácil y que su intención desde el primer momento era quedarse con los $300,000 ya que tampoco nadie podría reclamarle por la devolución del dinero.

Sin embargo, sea cual sea el escenario real, lo que se está viendo en corte es la participación única y exclusiva de Sixto George como la persona que desarrolló e intento ejecutar la extorsión. Supongo que si Rauli hubiese sido parte real del esquema, Sixto lo hubiese incluido para tratar de repartir culpas.

La decisión del jurado se debe basar en si creen el alegato de Anthony Maceira, el cual incluso fue presentado con evidencia de grabaciones, de que hubo ese intento de chantajearlo para que pagara un dinero a cambio de que no se publicara el chat. La decisión no se basa en si Maceira tuvo miedo o no, o en que si Maceira pagó el dinero o no. Sólo hay un acusado en este caso, y es Sixto George.

Muchos ahora tratan de incriminar al equipo de campaña del gobernador Rosselló, indicando que posterior a la publicación del chat, le hicieron pagos a Sixto George para que este los ayudara a manejar en los medios el efecto negativo que estaba produciendo la publicación del chat en la imagen del gobernador. Sin embargo, este alegato, que no se sabe si es cierto o no, aún si lo fuera, no es parte de lo que ve en corte. Maceira ha reiterado que no le consta que se hubiesen hecho esos pagos. Más aún, pagar para trabajar en los medios una mitigación del daño que estaba provocando la publicación del chat, no es algo ilegal. Hay en nuestra isla varios profesionales que viven, precisamente, de trabajar este tipo de situaciones en lo que se conoce como Manejo de Crisis o como Control de Daños.

La decisión del jurado, que debe salir en estos días, sólo debe estar basada en si creen que realmente Sixto George trató de pedir dinero a Maceira para que no se publicara el chat. La participación o no de Rauli en esta conspiración no es materia de juicio en este caso, ni tampoco si posteriormente hubo pagos a Sixto George para que colaborara en el manejo de la crisis que había creado la publicación del chat.

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