Creo que con leer el título de este artículo ya sabe lo que hice hoy, y que no es necesario escribir nada más. Aún así hare un pequeño resumen. Parafraseando a Sinatra, el que triunfa en la ciudad de New York, puede triunfar en cualquier lugar. Por lo tanto hoy nos trasladamos a NYC para practicar con nuestros perros el movernos con ellos en la capital del mundo.
Llegamos en una van de The Seeing Eye a un estacionamiento de la Autoridad de Puertos de NY, y de ahí tomamos el subway para movernos una corta distancia ya que al igual que lo que hicimos ayer, lo crítico es saber como abordar y bajar del vagón, y como movernos en las estaciones. Pienso que estas estaciones debido a su tamaño pueden ser un poco complicadas para su navegación debido a la gran cantidad de escaleras que tienen y que requieren que para poder saber cuales tomar hay que pedir ayuda de otra persona. Obviamente el perro aprende las rutas y en futuras ocasiones el te puede mostrar la ruta, pero las primeras veces puede ser intimidante.
Luego de bajarnos del tren subimos a la superficie y caminamos hasta Central Park por donde dimos una pequeña vuelta esquivando a la gran cantidad de gente, algunos con sus perros, y también caballos que transportan a turistas en carretas. Luego de terminar esa vuelta regresamos al punto de encuentro y caminamos entonces a un lugar a almorzar donde pudimos relajarnos antes de regresar a Morristown, NJ.
Luego de la cena tuvimos una charla sobre la manera que debemos reaccionar cuando nos encontramos con otros perros agresivos en nuestras rutas. Obviamente la primera recomendación es que si tienes la oportunidad, que evites el contacto con esos perros agresivos. Típicamente uno puede escuchar los ladridos, y en ocasiones también uno puede reconocer los lugares donde viven esos perros. Sin embargo, puede haber situaciones inesperadas en las cuales nuestros perros pueden ser atacados por otros perros salvajes. La recomendación en ese tipo de evento es que uno permita al perro nuestro defenderse. Si es posible, no debemos soltar la correa de manera que nuestro perro no salga corriendo y pueda ser impactado por un vehículo, pero le debemos dar el espacio para pelear. Una vez termina la pelea se debe inspeccionar todo el cuerpo del perro para determinar si hay heridas. Uno puede sentir la sangre debido a que es un poco pegajosa, pero en ocasiones lo que uno puede estar sintiendo es saliva del otro perro. Si hay heridas se debe buscar ayuda para llevar al perro a un veterinario.
Luego de la charla fui a la ciudad de Morristown para hacer un pequeño recorrido nocturno el cual disfruté mucho. Me sorprendió la cantidad de vida nocturna que hay en esta ciudad. Habían varios negocios con música, y gente entrando y saliendo de los mismos en un martes en la noche. Estoy seguro que me dirán que en San Juan es igual, pero debe ser que ya me estoy poniendo viejo. 😉