Hoy finalmente tuvimos sol. De hecho, fue un día más caliente ya que llegó creo que a 72 grados F, pero lo mejor fue el no tener que bregar con la lluvia. En la mañana fuimos a practicar en el campo. Hasta ahora todo el tiempo habíamos caminado en zonas en las que habían aceras, y sólo entrábamos a la calle para poder cruzarla, o para esquivar alguna barrera que impidiera usar parte de la acera. En el ejercicio de hoy fuimos a un área residencial en la que no había aceras. Todo el tiempo caminamos en la calle en el área de su orilla. Para poder identificar que habíamos llegado al fin del bloque lo que hace el perro es llevarnos en la curva de manera que sepamos que se acabó ese segmento y podamos indicarle si queremos cruzar, o si queremos virar a la izquierda o a la derecha. Es sorprendente la forma que el perro está pendiente a que caminemos de forma segura.
Una vez regresamos a el edificio principal, fui al comedor a participar de un “Coffee Break” que hacen todos los días. Luego tuvimos la oportunidad de comprar artículos promocionales de “The Seeing Eye”. Entre estos hay camisas, gorras, bolígrafos, calendarios, etc. Los precios son bastante buenos. Si les interesa ver los productos, bisiten la página https://seeingeye.org y ahí encontrarán un enlace que los lleva a la tienda.
En la tarde visitamos una corte, lo que nos permitió entre otras cosas el practicar a pasar por un detector de metales con el perro. En una semana me toca hacer el ejercicio con el perro en el aeropuerto para mi viaje de regreso a Puerto Rico. También en la corte pudimos practicar a caminar en pasillos con gente sentada en bancos, y en pasillos con varias rampas y escaleras. Fue un ejercicio interesante.
Luego de cenar tuvimos una charla en la que tocamos varios temas cortos. El más importante es el de como manejar los primeros días al perro una vez regresemos a nuestros hogares. Esos primeros días es importante que no dejemos al perro suelto en la casa sin ninguna supervisión. Es importante que lo encerremos en su jaula cuando lo dejemos solo, y en especial para dormir. Adí lo hemos hecho acá, y hoy es que se nos dio el visto bueno para que dejemos al perro suelto en la habitación sin que lo tengamos atados a nosotros usando su correa.
En este momento hay algunos compañeros que salieron a hacer una caminata nocturna, pero la misma era opcional y no participé ya que la realidad es que nunca salgo de noche a caminar solo.
Había olvidado mencionar que también en la tarde tuve la visita a la oficina veterinaria de The Seeing Eye en la que discutieron conmigo, y me entregaron copia escrita, del récord medico de mi perro. También me entregaron los medicamentos preventivos de parásitos internos y externos para un año, y el certificado de vacuna de rabia. De esa oficina el perro salió con dos medallas en su collar. Una es la de identificación de Home Again, que es la compañía que produce y maneja el chip que le fue colocado en su cuerpo para poder identificarlo en caso que se pierda, y la otra medalla es la de la vacuna de la rabia.
Básicamente este es el resumen de los suceso de hoy.
Una respuesta a «Día 11: Mi día en corte»
Interesante.Muy detallado pero excelente leer aventuras día a día. Mucho éxito en PR. Y ajuste a familia y amigos. Muchas bendiciones!