Tras el paso del huracán Fiona por Puerto Rico, la discusión sobre el desempeño de LUMA Energy ha subido de tono… y no es para menos. Por más a favor o en contra que usted esté de que el sistema de transmisión y distribución de nuestra energía esté en manos privadas, cuando usted está sin luz, no se ríe ni con un truck de payasos.
Pero, hagamos el mapa sobre este asunto, yendo un poco más atrás, con el fin de entender lo que está sucediendo.
Primero, tenga en cuenta que aquellos que odian a LUMA, no importa si ese consorcio les consiguen la cura del cáncer, lo van a seguir odiando. Y, por el otro lado, aquellos que odian a la UTIER, no importa si LUMA hace el ridículo, seguirán prefiriéndole por encima de lo que teníamos antes.
Ahora, para entender por dónde es que viene todo esto, tenga en cuenta lo siguiente: En Puerto Rico la mayoría de los sindicatos (y dije la mayoría porque, precisamente, no son todos) han vivido del cuento del separatismo. Ese discurso de Lucha Sí, Entrega No, les ha servido para levantar pasiones, un patriotismo versión WISH que, al final, se traduce en militancia y, por qué no decirlo, en más cuotas.
De hecho, esto ha sido tan efectivo para los sindicatos, que organizaciones como la UTIER tienen en sus oficinas, vehículos y cuanta propiedad del sindicato banderas de Cuba, pancartas y banderas alusivas al comunismo y socialismo, y no lo niegan, es más, se lo gozan. ¿Y por qué esto es importante? Bueno, porque la teta de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) ha sido, en realidad, una fuente de financiamiento de movimientos separatistas, socialistas y comunistas en Puerto Rico.
Así las cosas, la llegada de LUMA significó un golpe mortal para la izquierda en términos económicos. Por tanto, están como locos tratando de recuperar esa fuente de ingresos que les permite no solo sobrevivir, sino continuar empujando la agenda separatista en Puerto Rico.
Eso sí, cada vez que usted se lo señale, recurrirán al manual Rules for Radicals, que una de las estrategias para tratar de zafarse de este tipo de señalamientos es burlarse, tratar de ridiculizarte y ver si te convencen de que eres un ridículo, fantasioso, que te hiciste una novela tremenda en tu mente, bla, bla, bla.
Entonces, ¿por qué vemos que hay penepés o ciudadanos de derecha que están por el techo con LUMA?
Pues, porque uno de los principales problemas de LUMA fue que dio la impresión de que venía a comerse los nenes crudos, como dicen en el campo, y que resolvería todos los problemas energéticos en tiempo récord. Y sí, puede que lo logren, pero ese tiempo récord es mucho más largo que lo que proyectaron. Segundo, que LUMA tiene una deficiencia brutal en sus comunicaciones.
Uno de los mejores ejemplos de cómo sus comunicaciones han resultado una mierda, es la forma en que han permitido que la mayoría de los puertorriqueños crea que es LUMA quien aumenta la factura de la luz.
Sí, los que leen un poquito saben que los aumentos los solicita la AEE, pero LUMA tiene que incluir esa petición en su informe trimestral al Negociado de Energía de Puerto Rico. Pero, al no explicar eso bien desde el primer día, ya muchos se hicieron la idea de que LUMA les ha espetado 7 aumentos de luz, cuando, en realidad, son cero.
Ahora bien, vamos a lo otro…
Si se fijan, artistas, personalidades de la televisión y la farándula, andan por ahí atacando a LUMA como si fuera el antiCristo. Bueno, para los que son cristianos, ustedes me entienden.
Ahora, ¿por qué esa ofensiva de artistas y demás? Por lo mismo. Son en su mayoría personas con ideología de izquierda, socialistas y comunistas, que ven su reclamo desde su tribuna artística como una aportación patriótica a su causa. Si se fijan, esos que repiten el famoso FUERA LUMA, no lo están diciendo ahora por primera vez, sino que lo vienen diciendo desde antes que se firmara el contrato de transmisión y distribución con LUMA.
La verdad, mis queridos amigos del chiringui, es que el asunto de LUMA no tiene tanto que ver con nuestro sistema de energía eléctrica, y sí con la lucha del independentismo para evitar desaparecer.
Eso no significa que no se les fiscalice. Si algo lo hacen mal, pues se le señala.
¡Ah, pero es que mira pa’llá lo que cobran esos jefes de LUMA! ¡Increíble lo que gasta la gente de LUMA en lujos! ¡Y todo eso con los chavos del pueblo!
Esas tres exclamaciones, que usted y yo las escuchamos a cada rato, son… deja ver cómo lo planteo sin ofender demasiado… Bueno, son una hemorragia de envidia y desconocimiento mezclado con épica ineptitud. (Me quedó bonito, right?)
Vamos por parte, a ver si mis amigos entienden este asunto.
A LUMA se le dio una cantidad de dinero para que administrara el sistema de Transmisión y Distribución de energía eléctrica. Sí, son fondos públicos que se le entregaron a LUMA. Peroooooooo… una vez LUMA los tiene, ya la forma en que los utilice no es problema suyo ni mío. A usted y a mí nos importa que el problema lo resuelvan, que den un buen servicio, punto.
Les daré un ejemplo.
Usted contrata a alguien para que le construya una casa. El contratista le dice: “Por construirte la casa con las especificaciones que usted me presenta, le sale en $100,000 y se la termino en 6 meses.”
En un mes usted no puede venir con una bichería de que “mira para allá, ese contratista le pagó $10,000 a un albañil, cuando a mí me salía en $5,000. Compró herramientas carísimas con el dinero que yo le di. Se pasa comprando ropa cara (Balenciaga, Gucci y Prada). ¡Qué cojones!”
Oiga, cojones tiene usted, porque a usted no le importa cómo él maneje el dinero, sino que le construya la casa tal y como usted la quiere, que la termine en el tiempo que le prometió y que el resultado sea de calidad. Cómo gaste el dinero que usted le pagó, no es su problema.
Bueno, así es en el caso de LUMA. Si ellos quieren pagarle un millón de dólares a sus jefes y dos pesos la hora a sus celadores, por poner un ejemplo, no es su problema. Y no, no es malversación de fondos públicos.
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