En la tarde de hoy, luego de salir del trabajo, fui a Plaza Caparra, y allí por primera vez, me indicaron que no podía estar con Pilgram. Y como una vez no es suficiente, me ocurrió en menos de media hora, por segunda ocasión.
La primera vez fue entrando a la tienda CompUSA, en la que se me acercó un guardia y me indicó “Usted no puede entrar con eso” Sabía de lo que me estaba hablando, ya que suponía que no se refería a mi hijo, pero me hice el tonto, y le pregunté: ¿Con qué? Volvió u me indicó “Con eso”. Supongo que estaba señalando al perro Entonces le indiqué: “¿El perro? Es un perro guía, y el si está autorizado a entrar conmigo. Así lo indica la ley.”. Seguí mi camino a entrar a la tienda y escuché al guardia llamar a alguien, quien supongo era el gerente. La persona de lejos le contestó: Ës un PERRO GUÍA”. En el tono de su voz se notaba el descontento de la persona con lo que había hecho el guardia.
El segundo incidente ocurrió frente al kiosko que vende pretzels en el pasillo. Mientras mi hijo se decidía en qué quería comprar, se me acercó una guardia y me dijo que me tenía que mover de allí. Al preguntarle la razón, me indicó que allí vendían comida, a lo que le indiqué que yo lo sabía y por eso estaba allí. Me repitió que tenía que sacar el perro del área, y con cara de molesto le indiqué que me quedaría allí. Entonces me preguntó si yo era una persona impedida a lo que contesté : “Mi perro es un perro guía”. Entonces me dijo que no había problema, Cuando llegó el turno de pedir le indiqué a mi hijo que no pidiera nada ya que no iba a comprar allí.
La realidad es que no creo que ninguno de los dos incidentes sean debido a la política de los establecimientos, y sí debido a errores de juicio de los guardias. Creo que los mismos trabajan para compañías distintas, una contratada por CompUSA, y la otra por el Centro Comercial. Lo mas seguro es que la instrucción general es no permitir animales, pero no se indica que hay excepciones. Supongo que poco a poco la gente irá aprendiendo.