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La degradación [Parte II de “¿Quo Vadis, MVC-SPT-PIP?”]

A mayor velocidad, más rápido el nivel de desgaste y desorden. Es fácil verlo en los procesos sociales y políticos. A diario personas y organizaciones tienen sus 15 minutos de fama y rápido se les apaga la llama. Luego no aparecen ni por los centros espiritistas, disueltos por la veloz fricción que deteriora.

El ejemplo más evidente estos días es el de la política “socialista” Mariana Nogales Molinelli. Subió como la espuma del champán (la espuma de una cerveza la ofendería) al lograr un escaño en la Cámara de Representantes por el Movimiento Victoria Ciudadana. Ahora está en desgracia con 24 denuncias por diversos actos de corrupción, camino a la disolución y la amenaza de llevarse consigo a su propio partido… ok, parece exagerada esta profecía, pero no irracional. Lo que sí es cierto es que esas denuncias han impugnado su cacareado ideario socialista, para su vergüenza.

Las denuncias, que se ven en el tribunal al momento en que redacto esta columna, paralizó las iniciativas y estrategias políticas del MVC ante la poca credibilidad que ese partido ha ido acumulando, y cuyos detalles pueden verse en la primera parte de esta columna en este blog A Plena Vista: “Quo Vadis MVC-SPT-PIP?” (4 de mayo de 2023) en la sección LA BOCA DEL COCODRILO.

El problema es que el secretario general del MVC, Manuel Natal, y varios de sus más ardorosos militantes, apoyaron recientemente a Nogales Molinelli, bajo el argumento de que es objeto de represión política por su militancia. Por supuesto, pocos podrán creerse ese argumento infantilista que desaparece el contenido de las denuncias criminales. Ese argumento vacío y estereotipado típico de la izquierda no sólo no ha calado, sino que contradice los propios procesos internos que sobre este asunto hubo en el MVC. Y peor todavía, su mensaje tiene un alto grado de desorden, erosionando la estabilidad que se supone busque en estos momentos el MVC.

¡SPOILER ALERT! Aquí les tengo una noticia. Cuando el caso de Mariana se discutió en el Consejo Nacional (la más alta estructura del MVC, como si fuera el Olimpo), y antes de la conferencia de prensa en la que Natal se fue hasta el cuello por Mariana, varios de las más prominentes figuras de ese Consejo, entre ellas la Lcda. Ana Irma Rivera Lassén, pidieron que Mariana renunciara a su cargo y no expusiera al MVC al escarnio público por corrupción del que es objeto ahora. Por supuesto, Natal puso su cuello en el picador por Mariana, y algunos, asustados, pero no todos, votaron contra a la moción de que renunciara. El Consejo se dividió, y por el desarrollo que ha tenido el escándalo, algunos de los que se opusieron a que renunciara ahora están arrepentidos. Otros han comenzado a cuestionarse si el partido se reduce a seguir los caprichos de Natal, quien ha exhibido evidentes problemas de control de emociones.

Ahora bien, estos recientes acontecimientos son el resultado de anteriores sucesos, algunos muy ocultos… hasta ahora.

Cuando el Sindicato Puertorriqueño de Trabajadores (SPT) financió la campaña electoral del Movimiento Victoria Ciudadana en 2020, esperaba rédito a su inversión. La sinergia, sin embargo, fracasó, y el SPT no volverá a financiarle la campaña -tomen nota, periodistas, esta es la segunda primicia que les dejo para que investiguen.

El SPT no sólo financió esa campaña política, sino que en su momento fue la fuente organizativa del MVC, un aparato caótico en sus comienzos (es comprensible) pero que entró en una entropía más acelerada con Natal, incapaz de impartir coherencia a sus actividades, porque él mismo no lo es.

En general, la percepción que tiene el pueblo de los partidos emergentes es realmente pobre. Al Partido Dignidad le salieron las manchas de tigre muy rápido con el escándalo aquel de la directora de la oficina de la representante Lisie Burgos, quien le otorgó beneficios legislativos para un colegio propiedad de su empleada y no vio nada malo en ello. Honestamente, el moralismo sólo produce inquisidores, hogueras, brutalidad, represión y contradicciones con la realidad humana. Desde entonces, ese Partido no saca cabeza en la Cámara y sólo produce proyectos de ley tendientes a imponer un gobierno religioso, como si fuese una talibana.

Pa’ pichón, mucho ha volado ese grupo.

En el otro lado, la mejor cualidad que tiene la senadora Joanne Rodríguez Veve, también del Partido Dignidad, es que al escucharla uno recuerda a la conspiracionista republicana y moralista Elizabeth Torres. Ambas son de un pájaro las dos alas. Miras a una y ves a la otra. Rodríguez Veve, un poco más ordenada, reprimida, nos recuerda hasta dónde puede llegar la irracionalidad cuando le llega el momento de la degradación: esto es, Elizabeth Torres es el espejo donde debe mirarse en el futuro Rodríguez Veve. Debiera darle miedo.

La moralidad que exhibe Rodríguez Veve, quien es una militante católica y divorciada, luce contradictoria en su rostro tan maquilladito (no offense, no soy machista), su cabello tan arregladito, y sus rasgos de carácter anal (esto es sicología, búsquenlo en Wikipedia, malpensados). Estas son personas al extremo puntuales, corteses y formales, muchas veces oposicionales, de “una conciencia moral exagerada y del ‘deber ser’ que los hace inflexibles y estrictos en el cumplimiento de normas”, y buena capacidad organizativa. (Blog de sicología Eleia). Creo que Freud explica mejor a Rodríguez Veve que su religión católica. Nada, son meras impresiones, tal vez algunos lectores coincidan conmigo.

El problema más grave lo tiene el junte MVC-SPT, agravado ahora con la juntilla con el PIP. Dime con quien andas, y te diré quién eres, nos advertían nuestros padres. Las expectativas son muchas pero el resultado será frustrante. Sin coaligarse no podrán hacer mucho. Lo saben, y ahora están buscando justificaciones elegantes y repartiendo culpas a tutiplén. Lo que no sabe el PIP es de lo que se ha salvado. No pueden ser tan ingenuos como para creer que los tataranietos o chongos de Vladimir Illich, como polillas, no le carcomerán la carcasa al PIP y la reorganizarían a su manera histórica “¡todo el poder a los sóviets!”

Aunque podemos indagar más ese asunto, por ejemplo, si es verdad que el líder del PIP Juan Dalmau es tan distinto del MVC, como a veces parece, y a veces no, según su conveniencia. Dalmau debe recordar los carteles de Ho Chi Minh, Fidel, Mao, en la asamblea de campaña de 1972 del PIP. Luego con el tiempo Rubén Berríos, su eterno presidente, suavizó su narrativa y se convirtió de socialista hardcoroso en socialdemócrata. Ya en estos días desgastados de su vida ha vuelto a darle alas a la irracionalidad con su apoyo al mal llamado Socialismo Siglo XXI, de Ortega en Nicaragua, Díaz-Canel en Cuba, Maduro en Venezuela y Petro en Colombia, que no son otra cosa que gobiernos autoritarios con los peores rasgos populistas de la izquierda radical y la derecha fascista (y eso es esencia lo que mejor describe al Socialismo Siglo XXI). Pues ante estos gobiernos fascisto-izquierdistas Dalmau se ha inclinado demasiado, dejándole ver su trasero. Por supuesto, si hay tantas coincidencias en la filosofía fascisto-izquierdista del PIP y el MVC, lo esperado es que se unan en un único partido. ¿Por qué entonces no lo hacen? Aquí es cuando entra nuevamente la sico-política. Sorry, así es.

Está muy bien documentado cómo las deficiencias y los trastornos personales, y por supuesto, el moralismo radical de cada cual, inciden en las decisiones políticas. Dalmau, Manuel Natal y Roberto Pagán, exjefe del SPT y actual director de la Red Sindical del MVC, son narcisistas (en un sentido clínico). No hay duda de que los acuerdos a los que lleguen serán determinados por el nivel de ego que desplieguen. Sufren complejos mesiánicos. El narcisista pide sacrificios a los demás, pero nunca será el sacrificado. Díganme si es o no cierto que Natal y Dalmau son arrogantes, soberbios, se sienten autosuficientes, y “no necesitan de nadie ya que están por encima de los demás” (Ibid), todos, rasgos narcisistas. Además, tienen el YO por delante. Escúchenlos bien. Al principio o al final, todo termina en YO.

Sin embargo, la píldora más venenosa de todos estos es el exjefe del SPT Pagán, que aún permanece en el sindicato con un contrato de asesoría otorgado por su títere y actual presidente interino Israel Marrero Calderín, a quien le dicen “Picu” por su estatura, pero sin las habilidades del baloncelista Piculín Ortiz… y sin ninguna otra habilidad, sólo la de ser alto. Pagán es errático, rencoroso, revanchista y carga el problema de que Natal no le reconoce el papel que jugó para crear el MVC… tal vez es que lo identificó como una amenaza, y, de hecho, lo es. Ambos se conocen hace una década. Pagán formó parte del equipo de transición del gobernador electo en 2012 Alejandro García Padilla (PPD). Más tarde Natal ocupó un escaño de representante en esa administración bajo ese mismo PPD. Está de más recordar que ambos traicionaron al PPD, incluso antes de terminar ese cuatrienio (2013-2016).

Por razones de presión interna, ahora el SPT no está inclinado a crear un PAC que financie la campaña del MVC (recuerden que esto es noticia). El MVC se desespera y busca el oxígeno del PIP. El SPT salió trasquilado con la juntilla cuando Carmen Yulín, a la que apoyaron en 2016, solo permitió la sindicación de sus empleados municipales con el SPT, pero dejó pauperizados a sus empleados. No fue buen negocio para el SPT y ahora cargan el descrédito de haberse asociado con Yulín, con Natal y el MVC. Nada más terrible que un sindicato sea visto como un mero brazo de un partido político, aunque algunos de los miembros del SPT sean militantes del MVC, pero reconocen que la juntilla no fue beneficiosa. Eso ya lo vimos en la primera parte de esta columna: “¿Quo Vadis: MVC-SPT-PIP?”

Otro problema que ha incapacitado al SPT es su actual presidente interino, un monigote de Pagán que en este momento (¡SPOLER ALERT! ¡Última hora! ¡Esto es nueva noticia!) enfrenta querellas y demandas por discrimen y otras causas que en algún momento publicaremos con detalles, pues, seguramente a “la prensa” no le interesará hacerlo, dados sus vínculos con el MVC, particularmente El Nuevo Día. Al estar Marrero Calderín en la presidencia interina (con un aumento de sueldo) aumenta el monto de su pensión dada su próxima jubilación. Nadie puede creer que esté en ese importante puesto por sus propios méritos, y creo que nadie en ese sindicato tiene altas expectativas con él.

Como ven, mientras el MVC (a causa de Natal), el SPT (a causa de Pagán) y el PIP (por ingenuos) hacen representaciones (falsas) de que todo corre como pista sobre hielo, la verdad es que tras esa fachada hollywoodense, la degradación acelerada les va pasando factura. De seguro, lo que veamos de ellos en 2024 será muy distinto y nada agradable. A cada cual se le caerá la máscara y dejarán ver lo que realmente los habita. A menos que… ¡te digo horita!

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