A finales del año 2011 comencé a publicar una serie de artículos sobre una nueva aventura que estaba comenzando en mi vida. Estos artículos los escribí bajo la categoría de Entrenamiento de Perro Guía:, y diariamente exponía lo que ocurría mientras entrenaba para poder usar un perro guía. Muchos de ustedes cada noche se enteraban de lo que me ocurría en The Seeing Eye, la escuela de perros guías más antigua del mundo, localizada en Morristown, New jersey mientras conocía a Pilgram un joven perro guía que estaba a punto de cumplir 2 años de edad, y que me acompañó a todas partes hasta días recientes. Pilgram fue el protagonista de muchos escritos en mi blog, aunque desafortunadamente en algunas ocasiones debido a que tenía que escribir sobre lugares que desconocían la ley y trataban de impedir que el me acompañara en sitios donde no se le podía prohibir la entrada. Desde principios del año 2017 Pilgram se hizo famoso ya que me acompañaba a todas las actividades oficiales en las que yo participaba como miembro del gabinete constitucional de Puerto Rico. Fueron muchas las fotos y vídeos que corrieron en Puerto Rico en las que apareció Pilgram.
Hoy dedico estas líneas para escribir el último capítulo de ese diario que comencé hace más de ocho años. La realidad es que mi proceso de aprendizaje no terminó cuando regresé a Puerto Rico al terminar mis clases en The Seeing Ey. Pilgram nunca dejó de sorprenderme con sus habilidades, y creo que fue considerado por muchos como un compañero más de trabajo en el Departamento de Transportación y Obras Públicas.
Desafortunadamente como todos saben, los perros envejecen mucho más rápido que los humanos, aproximadamente 7 veces más rápido según algunas investigaciones, y a mediados de febrero Pilgram comenzó a enfermar, agravándose la situación a mediados de marzo. El pasado 18 de marzo falleció víctima del cáncer. Debo expresar mi agradecimiento público al Dr. Juan Carlos de León, y a su equipo de trabajo de la Clínica Veterinaria Acuario quienes desde que Pilgram llegó a Puerto Rico, lo atendieron como si fuera su paciente favorito. También doy gracias a The Seeing Eye por permitirme vivir esta experiencia por los pasados ocho años. En este momento no puedo sacar tiempo para entrenar con un nuevo perro guía debido a mis compromisos profesionales, pero espero poder regresar en algún momento.
Hace mucho tiempo cuando estudiaba la posibilidad de solicitar un perro guía leí una comparación entre la diferencia de usar un bastón blanco y usar un perro guía. La persona comentaba que ambas alternativas son muy buenas y decía que el bastón blanco era como una mini Van, mientras que el perro guía se podía comparar con un Ferrari. Tanto la Mini Van como el Ferrari te pueden llevar a donde tú quieres llegar. Sin embargo, con el perro el viaje se hace de manera más rápida y divertida… Tengo que admitir que Pilgram fue tremendo Ferrari.